
Sr. Director:
Aparte de limitar el anatonismo, la ley aprobada este martes 02/03
regula a los «asesores previsionales» debido al impacto en el
patrimonio de sus asesorados, protegiendo a quienes confíen sus
ahorros a eventuales charlatanes financieros, peor todavía si de ello
depende su jubilación. Para ello, al asesor le obliga a empadronarse y
llevar registro de sus avisos, a capacitar a sus dependientes, a
indemnizar los perjuicios ocasionados ─respondiendo hasta sus socios,
accionistas y administradores─, a ser fiscalizados por la
Superintendencia de Pensiones, a celebrar un contrato de prestación de
servicios ─valiéndole encima la Ley del Consumidor─ y prohibiéndole el
beneficio directo o indirecto, ya sea propio o de terceros
relacionados, de los efectos de mercado derivados de sus sugerencias,
así como recibir pagos irregulares desde las AFP o compañías de
seguros de vida. Es decir, se allana el mercado para quienes quieran
ejercer la asesoría previsional de forma honesta, responsable y
transparente, defendiéndonos de los que no, aunque lloren como loro.
Atte.,
Luis León
Cárdenas Graide,
Ingeniero Civil en Computación, Universidad de Chile