Por: Ivonne Fontaine Pepper / Académica Educación Parvularia Facultad de Ciencias de la Educación Universidad San Sebastián Presidenta del Comité Valparaíso Organización Mundial para la Educación Preescolar
En el Congreso se está tramitando un proyecto de ley sobre Financiamiento de la Educación Parvularia, que establece un subsidio para los niveles medios (entre 2 y 4 años).
Dentro de sus objetivos, se plantea el interés por mejorar la calidad y cobertura de la Educación Inicial. Sin embargo, la normativa que se discute en el Congreso no apunta en esa dirección.
La Organización Mundial para la Educación Preescolar Chile y su Comité Regional Valparaíso ya alertó hace algunos años atrás, que esta iniciativa contiene una serie de problemas y riesgos para la Educación Inicial, además de ser discriminatoria.
Uno de los puntos conflictivos, lo constituye la entrega de subsidios no sólo a salas cunas y jardines infantiles sino también a establecimientos del sistema escolar, lo que genera una competencia desigual, que puede poner en riesgo la existencia de los jardines infantiles.
Otro aspecto complejo, tiene que ver con los criterios para la entrega del subsidio. Nuevamente se instala el pago por asistencia y no por matrícula, lo que perjudica a las salas cunas y jardines infantiles que atienden las necesidades de niños que viven zonas vulnerables o en localidades rurales.
Sabemos que los niños y niñas se enferman mucho en invierno y por eso dejan de asistir al establecimiento y obviamente con el paso del tiempo, se va perdiendo la posibilidad de recibir este subsidio.
Asimismo, se ha debatido largamente los inconvenientes que tiene una temprana escolarización de los niños. Una de sus consecuencias es que se renuncia al juego como la forma natural de aprendizaje de la primera infancia y se instalan estructuras rígidas que prevalecen en el sistema escolar y que dejan fuera principios pedagógicos esenciales como la singularidad, el bienestar y el aprender con significado.
Finalmente, el proyecto adolece de propuestas que permitan fortalecer a la educación pública en la primera infancia, especialmente dotar de mayores recursos a los establecimientos, para enfrentar los déficits de infraestructura en el sector parvulario.
En ese sentido, lo más perjudicados son los jardines infantiles VTF (Vía Transferencia de Fondos) que trabajan con la JUNJI, que no pueden acceder a su reconocimiento oficial y ahora tendrán que competir con establecimientos del nivel escolar.