Por: Hugo Pérez White
Diversas evaluaciones hechas por instituciones dedicadas a verificar la calidad de la educación que se imparte en los establecimientos educacionales han llegado a la conclusión que la calidad educativa viene en un claro descenso y ello se manifiesta en la pobreza de vocabulario que manifiestan muchos personajes que ocupan cargos de alta responsabilidad pública, que hace perder credibilidad al entrevistado u orador y cansancio al espectador, debido a las repeticiones constantes y en forma innecesaria de algunas palabras o frases empobreciendo la conversación dificultando el ordenamiento del pensamiento lógico, atentando contra la verdadera capacidad cognitiva que se pudiese poseer.-
Muchas palabras soeces se usan en el vocabulario diario como un insulto para degradar a una persona refiriéndose a su raza, aspecto físico, religión, orientación sexual u otros motivos.-
Ha habido un levantamiento de opiniones a todo volumen, en cuanto a la necesidad de manejar en mejor forma el lenguaje por parte de los animadores de radio y televisión, pues el exceso de garabatos de que hacen gala algunos comunicadores, confunden a la audiencia que también está formada por personas que no aceptan esta forma insólita de manifestar sus conocimientos a millones de espectadores.-
Por naturaleza el ser humano es un ser de relaciones y generalmente lo realiza a través del lenguaje verbal. Desde las primeras etapas de nuestro desarrollo humano entramos en interacción con los miembros de nuestra familia primero, por lloriqueos, por gestos y balbuceos y por último, aprendemos las expresiones verbales básicas que nos ayudan a manifestar sentimientos y satisfacer mediante las manifestaciones orales diferentes necesidades. En la medida que los niños conviven con los miembros de la familia, éstos escuchan conversaciones, repiten palabras, adquieren vocabulario y es así como se aprende la comunicación verbal.-
Para hablar con propiedad, no basta el conocimiento adquirido en la niñez, sino que exige una preparación permanente para hablar en diferentes situaciones a distintos interlocutores, a un público al que se pretende informar o convencer de algo y que es nacional o transnacional.-
Hace poco escuché de pasadita a conocidos rostros de televisión disfrutando de una completa conversación sobre el tamaño del pene de los hombres en la relación de pareja, incluso haciendo el comentario con palabras picarescas para referirse a esta competencia de opiniones y gustos sexuales.- Nada de edificante la conversación, propia de sectores de dudosa reputación.-Cómo queremos que nuestros niños mejoren su lenguaje si desde sectores de alta audiencia tenemos que soportar tanta cantidad de conceptos tergiversados por gente que debieran ser ejemplos de limpieza verbal.-