Polimedicación en la tercera edad
- Antihipertensivos, diuréticos, analgésicos, antiinflamatorios, ansiolíticos y vitamínicos, son los medicamentos más utilizados por este grupo etario.
- La polimedicación puede afectar la adherencia a los tratamientos y aumenta el riesgo de interacciones entre fármacos que pudiesen generar mayores tasas de efectos secundarios, esto sin contar el aumento del costo en salud de las personas mayores.
Hasta seis medicamentos diarios consume el 37% de las personas mayores en nuestro país, según arrojó la Sexta Encuesta Nacional de Calidad de Vida en la Vejez 2022, publicada en agosto reciente. Dicho estudio indicó también que el 30% toma entre 1-2 fármacos; el 16%, 6 ó más y el 17% ninguno. Cabe destacar que más de 6 millones de habitantes en Chile, serán mayores de cara al 2050.
Antihipertensivos, diuréticos, analgésicos, antiinflamatorios, ansiolíticos y vitamínicos, son los medicamentos más utilizados por los adultos mayores; polimedicación que según explica el Dr. Roberto Sunkel, psiquiatra adultos de la Universidad de Chile y jefe de la Unidad de Psicogeriatría del Instituto Nacional de Geriatría, puede afectar la adherencia a los tratamientos, ya que el número de medicamentos como la distribución de horarios interfieren en poder recordar la administración.
“La polimedicación, además, aumenta el riesgo de interacciones entre fármacos que pudiesen generar mayores tasas de efectos secundarios, lo que lleva a un abandono del tratamiento; esto sin contar el aumento del costo en salud de este grupo etario, quienes muchas veces no pueden adquirir los medicamentos o privilegian unos sobre otros 3”, sostiene el especialista.
Debido a lo anterior, el especialista destaca la importancia del cuidador en la adherencia de tratamientos en los mayores. “Existe un grupo importante de mayores que son autovalentes, por lo que no necesitan de una vigilancia propiamente tal, sino ayuda. Esa ayuda debiera partir por los equipos de salud que deben, en primer lugar, realizar una buena historia farmacológica, explicar la utilidad del fármaco y sus efectos secundarios, y diseñar esquemas terapéuticos más simples, tanto en número como distribución. Aun así, la familia cumple un rol fundamental. En el caso de pacientes con trastornos cognitivos, la asistencia es indispensable, ya que muchos fármacos tienen un potencial importante de generar dependencia (opioides para dolor, ansiolíticos, inductores del sueño), por lo que muchos pacientes hacen un mal uso o van agregando otros fármacos de estas familias, debido a la tolerancia farmacológica que pueden generar”, advierte el Dr. Sunkel.
¿Cómo evitar la sobremedicación?
- La mejor forma de prevenir es tener una mirada integral de la salud de las personas mayores.
- En el área de la geriatría se utiliza una estrategia de evaluación denominada: valoración geriátrica integral, que aborda distintas esferas: físico, mental/cognitivo/social. “Esta mirada integral nos obliga como médico tratante a realizar una exhaustiva historia sobre los medicamentos, suplementos, hierbas, entre otros, que el paciente pudiese estar usando, así como las comorbilidades médicas y psiquiátricas, las capacidades cognitivas y la red de apoyo con la que cuenta”, indica el psiquiatra.
- Desde el punto de vista de la psiquiatría, partir por un buen diagnóstico con énfasis en lo multidimensional que, en caso de requerir fármacos, permita al médico tratante conocer el perfil sintomático y poder prescribir un medicamento que abarque la mayor parte de la sintomatología y no tener que ocupar, por ejemplo, uno para la depresión, otro para la ansiedad y otro para el insomnio.
Edadismo: invisibilización y discriminación a los mayores por motivos de edad
El Dr. Sunkel advierte que existe en general una invisibilización de los adultos mayores a causa de los prejuicios, estereotipos y discriminaciones que se tiene frente a ellos por motivo de la edad. Este concepto se conoce como edadismo que, a juicio del psiquiatra, tiene múltiples consecuencias tanto en su salud mental como física.
“Si pensamos que las personas mayores de por sí son frágiles, que la enfermedad es natural de la vejez, que la depresión es comprensible por las distintas situaciones que viven, resulta grave que la invisibilización comience en la formación de medicina, donde los cursos sobre envejecimiento son escasos. Gran parte del cuerpo médico no maneja las características propias de una depresión en personas mayores e ignoran las opciones terapéuticas que existen. Incluso hay resistencia a realizar psicoterapia por la creencia de que ‘las personas mayores no cambian’”, asegura el especialista. Y advierte que la situación es grave, debido a que las mayores tasas de suicidio son efectivamente en este grupo etario, siendo las más altas sobre los 80 años.
“La psicogeriatría mejora indicadores de salud y reduce la polifarmacia”
El Dr. Sunkel afirma que el tratamiento de la patología psiquiátrica en mayores -también denominado psicogeriatría- es fundamental, ya que mejora los indicadores de salud, reduciendo la polifarmacia, el riesgo cardiovascular y riesgo de caídas, entre otros.
“La psicogeriatría es una subespecialidad de la psiquiatría, y se tiende a creer que esta rama sólo se dedica a las demencias, pero no es así. Si bien son una parte importante, existen otros cuadros como las depresiones, trastornos por ansiedad, trastorno por uso de sustancias, trastornos adaptativos, trastornos de personalidad, trastornos bipolares y psicosis de inicio muy tardío. Es bueno recordar que, debido a la mejora en la esperanza de vida de las personas, muchos pacientes con trastornos psiquiátricos están alcanzando edades avanzadas, teniendo requerimientos y condiciones especiales al momento de ser mayores”, sugiere el especialista.
Para el profesional, la importancia de que la comunidad médica se capacite en psicogeriatría apunta a los resultados, tanto en aspectos subjetivos como en la calidad de vida, y en el pronóstico que puede mejorar con un buen diagnóstico y un adecuado tratamiento.
“Las personas mayores tienen particularidades en los síntomas, mayor presencia de comorbilidades, polimedicación, condiciones sociales, historias de vida, etc. Todo eso demanda una preparación de los distintos agentes en envejecimiento y salud mental de este grupo etario. Hay consecuencias graves como el suicidio – cerca del 90% de las personas que consuman un suicidio, tienen algún tipo de trastorno de salud mental, principalmente depresión- que se pueden prevenir, evitando además el sufrimiento de los más cercanos”, indica el psiquiatra.