¿Sabías que el estrés puede causar depresión?

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Por: Dr. Reinaldo Bustos / psiquiatra de Centros Médicos Vidaintegra 

Diversos estudios e investigaciones han comprobado que un grado severo de estrés, afecta la liberación del neurotransmisor dopamina en la región del cerebro que se relaciona con la recompensa y el placer, lo que puede provocar un cuadro de depresión. El psiquiatra de Centros Médicos Vidaintegra, Dr. Reinaldo Bustos, explica las características de cada una de estas patologías y cómo se relacionan entre sí.

Al estar muy endeudados, tener un trabajo agotador, sufrir acoso laboral o tener un familiar cercano con alguna enfermedad grave, es muy probable sentir alguna especie de “amenaza”, y precisamente ésa es una de las características principales del estrés. “Se trata de una respuesta adaptativa del organismo frente a situaciones que generan angustia, tensión, o malestar”, explica el psiquiatra de Centros Médicos Vidaintegra, Dr. Reinaldo Bustos. Sin embargo, también existen estresores crónicos que se prolongan en el tiempo y que generan distintas reacciones, como la ansiedad, la que se manifiesta como opresión en el pecho y sensación de falta de control o agobio. “Frente a estas circunstancias, las personas tienden a comer más, empiezan a fumar –los que ya fuman, aumentan el consumo-, padecen de insomnio, no descansan, y así se va creando un círculo vicioso”, explica el especialista.

Una lleva a la otra

Según los expertos en salud mental, padecer estrés no es del todo negativo, ya que permite estar alerta y reaccionar, como un instinto de supervivencia. Cuando ese estrés se mantiene durante periodos prolongados de tiempo, es cuando aparecen las complicaciones de salud y la ansiedad. El estrés puede aparecer ante distintas situaciones, como un pensamiento o escenario que nos genera frustración o ansiedad. El estrés crónico puede producir caída del cabello, problemas en la piel, sudoración en las manos e incluso depresión: trastorno mental que implica cambios a nivel anímico, de humor y cognitivo. Puede ser provocada por factores genéticos o ambientales, como un duelo, un divorcio, o un despido.

Las conductas depresivas se identifican por la falta de interés, tristeza, desgano, incapacidad para experimentar alegría o placer, sentimientos de culpa, de humillación y menoscabo. “Un caso severo puede llegar a tener características de tipo psicóticas, perdiendo el sentido de la realidad, pudiendo llevar a la persona a conductas autodestructivas y tendencias suicidas. La depresión compromete las mismas áreas cerebrales que el estrés”, explica el psiquiatra de Vidaintegra. Existe una relación bidireccional entre ambas patologías, las cuales “deben ser tratadas rigurosamente por un médico especialista, ya que las dos tienen una respuesta terapéutica adecuada cuando se utilizan los medicamentos correctos, en las dosis correspondientes para cada paciente”, enfatiza el Dr. Bustos, agregando la importancia de un diagnóstico oportuno.

En la actualidad es común asumir que el estrés es normal y que es parte de los tiempos que vivimos, dada la agitada vida moderna, las largas jornadas laborales, y los altos niveles de competitividad en prácticamente todos los ámbitos de la sociedad. Sin embargo, el psiquiatra de Centros Médicos Vidaintegra, Dr. Reinaldo Bustos, hace un llamado de alerta a no bajar el perfil: “el estrés es muy grave porque se relaciona con enfermedades crónicas como la hipertensión arterial, diabetes, envejecimiento cerebral prematuro; y además genera mecanismos oxidativos a nivel neuronal, lo que implica la pérdida de las capacidades cognitivas, y a su vez, se agravan las patologías inmunológicas como la artritis reumatoide o el cáncer”. Por lo anterior, es fundamental que la persona aprenda a tomar distancia, y a recuperar su nivel anímico, su capacidad laboral, y a sentir que tiene el control de las situaciones que lo afligen.

¿Cuándo consultar con un especialista?

Generalmente las personas consultan cuando ya se encuentran en una situación relativamente crítica. “Existe una acumulación de elementos que impide mantener el control de todas las situaciones de la vida cotidiana: trabajo, familia, afectos. La persona debe acudir a un especialista cuando se siente desbordada, cuando hay compromiso funcional, es decir, ya no rinde en el trabajo, universidad o colegio”, asevera el psiquiatra.

En el caso de los adolescentes y niños, los principales síntomas son irritabilidad, desconcentración, poco ánimo y entusiasmo, desconexión, cambios conductuales, conflictos en el colegio, entre otros. En la actualidad, el estrés y la depresión se observan en niños cada vez más pequeños, incluso desde los seis o siete años de edad.

Para prevenir estos complejos estados, el psiquiatra de Centros Médicos Vidaintegra recomienda caminar al aire libre, hacer deporte, escuchar música, entretenerse, conversar con amigos, en definitiva, darse tiempo para disfrutar. “Hay que darse un tiempo para el relajo, no todo debe ser trabajo. Además, en la medida de lo posible, es fundamental evitar el endeudamiento económico. Aprender a controlar las emociones negativas y no ser demasiado autoexigente. Para esto existen distintas disciplinas que ayudan mucho, como el yoga y la meditación. La idea es mantenerse en equilibrio”, sugiere el especialista.

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