Por: Luis León Cárdenas Graide, Ingeniero Civil en Computación, Universidad de Chile Diplomado en Ciencia e Ingeniería de Datos, DCC, Universidad de Chile.
Bajo su amparo y patrocinio, la Iglesia Católica facilitó gentilmente dos de sus templos masivos, misas mediante, a la así proclamada «Sanadora de Rosario», Leda Bergonzi, para congregar a miles de feligreses vulnerables en su salud, «sin costo» directo para ellos, gracias a la generosidad de tantos donantes a la colecta gestionada por sus piadosos organizadores, financiando los $15 millones del evento que por mero milagro no se consiguen ni para un bingo.
Al costo de un paquete de velas por persona más pasajes, los pacientes de esta Fonasa Nivel Dios serán atendidos por ese carismático «vehículo para lograr el beneficio que se solicita», como nos precisó el teólogo Marcial Sánchez Gaete para que no nos confundamos, con el procedimiento de especialidad «imposición de manos».
Dios velará por quienes resulten contagiados en la aglomeración de tal «sanador» evento masivo. Falta que el Ministerio de Salud asigne código a la prestación como ya lo hizo con las otras magias de la Homeopatía y Flores de Bach. Las listas de espera se acortarían espontáneamente con telemedicina, pues parece que bastaría una foto en vez de radiografía o scanner, o simplemente con la oración, supliendo al reiki y pudiendo ahorrarnos cirugías, viajes, esperas, acampadas, alguna insolación, el evento completo con sus comitivas, la vergüenza periodística y el pisoteo a la dignidad de quien sufre en desamparo y desesperación.
Foto: referencial