Reclusos realizaron una demostración en la que participaron las seremis de Justicia y Cultura, además de autoridades de Gendarmería.
Más que un deporte el palin (más conocido como chueca, nombre dado por los españoles a este juego) es una instancia que sirve para resolver problemas pacíficamente entre distintas comunidades. Con esta enseñanza como eje principal de la actividad, internos del Complejo Penitenciario de Valparaíso efectuaron una demostración en el mismo establecimiento penitenciario.
El juego se realizó cerca del mediodía de este lunes y participaron privados de libertad que componen el taller denominado Trekan Kimün Mew (caminando en al saber), Este es el segundo año que se realiza esta iniciativa, que está dirigido a reclusos que posean ascendencia mapuche, aymara o quechua y que se compone de distintos módulos, uno de ellos enfocado exclusivamente en el aprendizaje de este juego tradicional
La muestra comenzó con una rogativa al canelo plantado en el mismo recinto penal, para luego dirigirse a la cancha, donde los reclusos eran esperados por la seremi de justicia y derechos humanos, Amaia Arraztoa, la seremi de las Culturas y las Artes, Constance Harvey, el director regional de Gendarmería, coronel Álvaro Rivera Andrade, y el jefe del Complejo, coronel Walter Muñoz.
El encuentro se extendió por cerca de 20 minutos y las autoridades también tuvieron la oportunidad de participar y experimentar este juego ancestral mapuche que fue declarado deporte nacional el año 2004.
Culminada la demostración, el coronel Rivera destacó que “Todos los talleres asociados a actividades deportivas, recreativas o culturales generan un impacto en la población penal. De ahí la necesaria obligación de impulsarlos, acompañarlos y, en definitiva, ir a buscar aquellos fondos y proyectos que nos traigan cultura y deporte a las cárceles”.
Consultado respecto a la participación de un funcionario en el taller, el director regional afirmó que esto “hace carne la necesaria integración que debe haber, en planes y programas relacionados a actividades de reinserción, entre población penal y funcionarios. Es un binomio que da muy buenos resultados y fomenta el compromiso de nosotros hacia estas actividades”.
El positivo impacto de las iniciativas de este tipo entre los privados de libertad es reconocido por Sebastián Acevedo Curiqueo, interno condenado.
“Gracias a Dios se nos dio la posibilidad de volver a nuestros orígenes. Me gusta jugar palin, es una oportunidad buena, entretenida. Aquí se resuelven problemas territoriales jugando palin”.
La creadora del taller financiado por medios del Fondart, es Libertad Manque. La educadora tradicional destacó la importancia del palin
“Para nosotros (mapuches) es súper importante porque no es un deporte como el fútbol o el tenis. Es una forma de arreglar los problemas entre comunidades, los roces que existen. Se hace una unión a través de esto para que la gente se reencuentre”.
Durante las próximas semanas los internos aprenderán danzas de los pueblos originarios. En esta oportunidad las clases serán impartidas por un profesor aymara.