Por: Hugo Pérez White
En toda época del año se puede hacer turismo en Coyhaique y en toda la región de Aysén porque cada lugar está hecho para ser visto por miles de personas en el mundo que buscan nuevos espacios para recrear sus espíritus y que buscan la paz interior donde las bellezas naturales se la puedan entregar y este elixir tan codiciado lo tenemos por todos lados en nuestra región.-
Estas maravillas las pueden disfrutar con toda tranquilidad realizando excursiones, caminatas, escalamientos, cabalgatas a caballo previamente promocionadas por personas naturales dueñas de predios que tengan algún panorama especial que mostrar o compartir con los turistas y disfrutar con todo lo que se le puede ofrecer porque el turista por muy modesto que sea, siempre anda buscando elementos nuevos por conocer y que siendo rutinarios para la gente que ha nacido en la región no lo son para la gente que nunca ha visto estos paisajes y que sólo la patagonia los tiene.-
Como vivimos en un lugar tranquilo, alejado de las grandes concentraciones humanas y nos despertamos con el silencio de la nieve que a veces se ensaña con nuestros cuerpos y es también maravillosa cuando nos invita a jugar con ella, hacer figuritas jocosas o para tirarse unos a otros conciliando la parte lúdica que heredamos de nuestra infancia y la alegría de vivir se manifiesta en un espectáculo que nos entrega la naturaleza y por eso me parece que muchos habitantes de Coyhaique no se han dado cuenta de la riqueza que tienen en su entorno y que con un poco de creatividad y deseos de superarse económicamente pueden explotar para su propio beneficio y sin alterar el medio ambiente que los rodea.-
He visto cómo en otras regiones del país se programan cabalgatas a lugares atractivos con guía especiales que pueden ser realizadas por los propios dueños de los predios o los hijos que pueden ayudar al emprendimiento familiar, haciendo paradas en lugares estratégicos para sacar fotografías, descansar para refrescarse, alimentarse, tomar unos mates amargos como se acostumbra en la patagonia o simplemente jugar en las pampas que están ahí disponibles para correr o saltar en ellas.-
Podemos promocionar a nivel internacional la piedra “El Indio” que con su mirada penetrante nos hace recapacitar en el futuro de esta ciudad y que como vigía de nuestros sueños en las noches borrascosas siempre está atento a que las aguas del río que corre bajo su atenta mirada, lo haga en silencio para no perturbar el sueño de su gente.-
El “asado parado” es también una postal gastronómica que los turistas agradecerán por siempre y recordarán con nostalgia los momentos pasados alrededor del fuego que se prepara ex profeso esperando el lento cocimiento del cordero que previamente colocado en el asador se coloca a cierta distancia de las brasas que lentamente hacen su trabajo, mientras los comensales juegan al truco en una mesa cercana y beben el vino en bota que les prepara el ánimo para servirse más tarde un buen trozo de carne dorada de la parte del animal que más le apetezca.-
Somos poseedores de un tercio de las aguas dulces que existen en Chile y sus ríos de color turquesa están ahí dispuestos a compartir sus bellezas con quienes las quieran contemplar.-
La nieve que cubre los campos patagónicos y las ciudades que existen en ella, no son un motivo para dormir una larga siesta sino un estímulo para nuevos emprendimientos y hacer de toda la región un centro turístico de primera calidad.-