Por: Gonzalo Jiménez Seminario, Presidente de Proteus y Profesor adjunto Ingeniería & MBA UC.
“Corona lo soluciona” fue durante décadas un clásico del retail nacional. Hoy, la histórica multitienda baja sus cortinas tras 70 años de operación. Más allá del golpe emocional, lo ocurrido invita a mirar con más profundidad: ¿Qué falló realmente? ¿Fue solo una crisis financiera o también una crisis de gobernanza?
La raíz del colapso parece estar en la falta de cohesión y liderazgo al interior de su propiedad familiar. Lo que se comenta en el mercado es revelador: tres hermanos con visiones opuestas y un pacto de accionistas que exigía unanimidad para avanzar. Desde la muerte del fundador, las tensiones entre las hermanas gemelas y su hermano menor se habrían agudizado. La quiebra refleja un desalineamiento profundo, una incapacidad de diálogo y una ausencia de dirección común.
Desde mi deformación profesional, este caso refleja el peligro del falso alineamiento superficial y el desalineamiento de fondo, fruto de una mala gestión del capital relacional familiar y un diseño deficiente del gobierno corporativo, especialmente en la relación entre los dueños, los principales. Es un error tratar a los familiares como meros accionistas. Son socios con historia, emociones y derecho a voz, incluso cuando elijan ser pasivos.