Por: Ph.D Katherine López, académica carrera de Ingeniería Comercial UDLA Sede Viña del Mar.
Durante años, el éxito empresarial se midió principalmente en utilidades y crecimiento. Sin embargo, los desafíos actuales han ampliado esta mirada. Hoy, el valor de una organización depende también de su transparencia, responsabilidad y sostenibilidad.
En este escenario, las actualizaciones de las Normas de Carácter General (NCG) de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), la NCG 461 y NCG 519, representan un cambio relevante para el gobierno corporativo en Chile.
Estas buscan estandarizar la divulgación de información Ambiental, Social y de Gobernanza (ASG). Más que un ajuste técnico, exigen que las empresas demuestren cómo integran la sostenibilidad en su estrategia, cómo gestionan riesgos climáticos y sociales, y cómo promueven diversidad, ética y bienestar laboral en sus directorios y equipos.
La NCG 461 estableció la obligación de reportar indicadores ASG, aunque con un enfoque principalmente descriptivo. Su complemento, la NCG 519, eleva este estándar y conecta a Chile con los lineamientos del International Sustainability Standards Board (ISSB), especialmente las normas NIIF S1 (requisitos generales para la divulgación de información financiera relacionada con sostenibilidad) y NIIF S2 (divulgación de información financiera relacionada con el clima), que orientan la información sobre sostenibilidad y cambio climático. Con ello, las empresas deben pasar de un cumplimiento formal a una gestión estratégica basada en evidencia, riesgos y oportunidades.
El marco actualizado también incorpora dimensiones antes poco consideradas en el ámbito corporativo, como la equidad de género, la corresponsabilidad parental, el teletrabajo y la prevención del maltrato laboral. Estas áreas permiten avanzar hacia una visión más integral del bienestar organizacional.
Cumplir con estas normas permite responder a exigencias regulatorias, fortalece la reputación, la resiliencia y la competitividad. Los directorios deben liderar esta transformación cultural, entendiendo que la sostenibilidad no es un costo, sino una ventaja estratégica en un entorno cada vez más exigente.
Chile tiene la oportunidad de posicionarse como referente regional en gobierno corporativo sostenible. Este avance dependerá del compromiso de sus líderes para integrar la ética en el corazón de su gestión, la sostenibilidad en la toma de decisiones y promover una economía más justa, transparente y responsable.
