Rosácea, qué es y cómo tratarla

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Esta patología inflamatoria crónica de la piel aparece con mayor frecuencia a partir de los 30 años y no se puede prevenir. Usar protector solar durante todo el año y evitar alimentos muy condimentados o demasiado calientes puede ayudar a mantenerla controlada.

La rosácea es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel que afecta principalmente la cara. Suele presentarse tanto en hombres como en mujeres, aunque su prevalencia es mayor en el sexo femenino, entre los 30 y 50 años. Sin embargo, en casos excepcionales, puede aquejar también a adolescentes o adultos mayores.

El Dr. Cristián González, dermatólogo de Clínica Vespucio, afirma que esta patología debe tratarse a tiempo: “Esto porque no solo afecta a los pacientes desde el punto de vista médico, sino que también impacta en la autoimagen personal y en la vida social y profesional de quienes tienen la enfermedad”.

Dentro de los síntomas que pueden presentar las personas con rosácea, se encuentran:

  • Eritema persistente: Enrojecimiento de la piel (durante al menos tres meses), con predominio facial en mejillas, nariz, frente y mentón.
  • Eritema o enrojecimiento transitorio.
  • Telangiectasia: Dilataciones de los vasos sanguíneos que están en la superficie de la dermis.
  • Espinillas y pústulas.

A qué se debe la rosácea

La causa exacta de por qué se produce esta enfermedad es aún desconocida. El especialista de Clínica Vespucio señala que existen diversas condiciones que pueden estar involucradas en la génesis de la rosácea, como las anormalidades de tipo vascular en la piel de la cara, la degeneración de la matriz dérmica y la presencia de microorganismos como el Demodex Foliculorum y el Helicobacter Pylori.

A su vez, comenta que algunos factores ambientales también podrían exacerbar los episodios de rosácea, tales como:

  • Exponerse a la luz ultravioleta del sol, a las temperaturas muy cálidas o frías y al viento.
  • Tomar duchas calientes prolongadas y en espacios muy encerrados.
  • Ingerir bebidas calientes, alcohol, chocolates, embutidos, mucho pan, palta o frutos secos (nueces, almendras o castañas).
  • Consumir alimentos condimentados y picantes.
  • Practicar ejercicios extremos.
  • Exponerse a emociones intensas.
  • Usar cremas o cosméticos no dermatológicos que irriten la piel.

Tipos de rosácea

Se clasifica en las siguientes categorías:

  1. Rosácea eritematosa. Se caracteriza por el enrojecimiento persistente de la piel, que predomina en la región centro facial. Puede generar vasos sanguíneos dilatados, ardor, sequedad cutánea y sensibilidad de la cara.
  2. Rosácea papulopustular. Produce el mismo enrojecimiento intenso de la dermis en el centro de la cara, pero acompañado de brotes intermitentes de lesiones inflamatorias llamadas pústulas, que afectan las zonas faciales prominentes, en ocasiones de forma asimétrica.
  3. Rosácea fimatosa. Este subtipo afecta principalmente a los hombres. Se caracteriza por el engrosamiento de la piel, con poros foliculares grandes e irregularidades de tipo nodular en la superficie.
  4. Rosácea ocular. Aqueja al 50% de los pacientes, ya sea antes, durante o después de la aparición de las manifestaciones cutáneas. Puede provocar inflamación de los párpados (blefaritis), conjuntivitis, queratitis, fotofobia y prurito ocular. En estos casos se recomienda consultar con un oftalmólogo.
  5. Rosácea granulomatosa. Es poco frecuente, pero cuando se da lo hace mayormente en hombres. Se presenta como pápulas amarillentas gruesas o nódulos localizados en las mejillas, que con el tiempo evolucionan dejando cicatrices.

¿Tiene tratamiento?

Esta enfermedad crónica se puede controlar, pero no es curable del todo. “El objetivo de los tratamientos es aliviar los síntomas y signos, así como prevenir o retrasar lo máximo posible la aparición severa de la rosácea”, sostiene el especialista. El manejo para controlarla y evitar sus exacerbaciones incluye:

  • Indicación de tópicos locales (cremas para el cuidado de la piel que buscan disminuir el enrojecimiento).
  • Medicamentos sistémicos que se administran por vía oral.
  • Uso de fotoprotección solar en la cara (factor 30+ durante todo el año y 50+ en verano). El producto debe aplicarse 15 a 20 minutos antes de salir al exterior y reaplicarse cada dos horas. Además, se recomienda evitar exponerse al sol entre las 11 y las 17 horas.

A esto, el doctor González añade algunas medidas para el cuidado facial que los pacientes con rosácea deberían seguir:

  • Nunca frotar la piel de la cara.
  • Evitar limpiadores en base a alcohol o acetona.
  • Utilizar crema humectante suave si después de usar productos tópicos existe resecamiento de la piel.
  • Preferir maquillaje dermatológico.
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